Un reciente estudio ha desvelado que las semillas de frutas como peras, manzanas, albaricoque o melocotones contienen cianuro.
La cantidad es que contiene en mínima y consumida en raciones habituales no causa trastornos.
El cianuro es un potente veneno que "asfixia" la célula, bloquea la cadena respiratoria celular e impide que esta pueda utilizar el oxígeno, elemento imprescindible para su función. Se considera que la ingestión de 50 semillas de manzana o pera, o de la parte carnosa de 30 huesos de melocotón, albaricoque o ciruela, pueden causar la muerte en un adulto.
Las almendras amargas también contienen amigdalina que, en contacto con la saliva, se convierte en un precursor del cianuro. De ahí que en los tratados clásicos de criminología se describa que los envenenados con cianuro desprenden un olor característico a almendras amargas. Las almendras dulces, cuando están tiernas, también contienen este principio, aunque en menor cantidad, ya que al madurar pierden este componente.
Otro principio activo que puede provocar trastornos es la solanina, un alcaloide irritante para la mucosa gastrointestinal y con efectos sobre el sistema nervioso. Si se ingiere, provoca irritación en la boca y la faringe. También se desarrollan náuseas, vómitos y diarreas. Los síntomas neurológicos incluyen apatía, alucinaciones, temblores y parálisis. La mayoría de estos síntomas se resuelven en menos de 24 horas y son raros los casos de intoxicaciones graves.
Esta sustancia se encuentra abundante en plantas del género Solanum, entre las que se encuentra las populares patatas, berenjenas e incluso tomates. Los alcaloides tóxicos se acumulan en zonas verdes de la planta y por lo tanto no comestibles. No obstante, son posibles intoxicaciones poco importantes tras la ingesta de patatas con piel, sobre todo si tienen zonas verdes.
Para evitarlo, se aconseja no consumir patatas con brotes o con numerosas zonas enverdecidas, ya que en estos ejemplares la cantidad de solanina aumenta de forma considerable. La exposición a la luz provoca un aumento en la concentración del tóxico, de ahí la costumbre de guardar las patatas resguardadas de la claridad. Una forma de eliminar la solanina consiste en cocer las patatas en agua con vinagre y luego descartar el agua. En el caso de los tomates, el tóxico es más abundante en los ejemplares verdes.
Otros vegetales también populares, como espinacas y acelgas, contienen pequeñas cantidades de ácido oxálico que, ingerido en elevadas cantidades, provoca trastornos gastrointestinales y alteraciones renales.Su toxicidad es escasa, aunque pueden provocar síntomas si se ingieren en cantidad considerable.
Un apunte sobre uno de los mecanismos de intoxicación más curiosos y poco conocido es el producido, de forma indirecta, tras el consumo de animales que habían ingerido la planta. Este es el caso de la intoxicación por cicuta provocada por la ingesta de perdices o codornices que han comido las semillas de estas plantas. También se han descrito trastornos tras la ingesta de caracoles que se han alimentado con hojas de roldón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario